Transformar las comunidades costarricenses en ciudades inteligentes no ocurrirá de la noche a la mañana. Tampoco basta únicamente con que las calles, los edificios, los servicios públicos y los objetos que usamos día a día tengan internet o sean  avanzados tecnológicamente.
Una ciudad inteligente es aquella comunidad que usa y aprovecha al máximo las tecnologías de la información y comunicación (TIC) y los últimos avances en conocimiento e innovación, para generar beneficios al desarrollo social, económico, político y administrativo, mejorando el entorno donde conviven sus habitantes o visitantes. RACSA como proveedor de soluciones tecnológicas que propician una transformación hacia el modelo de ciudades inteligentes, tiene claro que el fin último siempre debe ser el beneficio a la ciudadanía.
 
Por tanto, en Costa Rica, las municipalidades que deciden encaminarse  por esa ruta, deben conocer los beneficios concretos que aporta la tecnología a los procesos de gestión ciudadana y que, a su vez, mejoran la calidad de vida de las personas. Según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo en 60 ciudades latinoamericanas, en el sector público de los países de la región impera la falta de conocimiento y entendimiento sobre este tema.
 
Una vez comprendido este punto, es necesario contar con los liderazgos políticos definidos (alcaldes y ejecutivos municipales), que marquen la agenda de gestión y aseguren los recursos suficientes para cumplir con los proyectos sustentados en el modelo de ciudad inteligente. Para ello deberá dotarse de un equipo humano profesional capaz de ejecutar y concretar la visión de estas iniciativas.
 
Acá es donde RACSA con sus servicios y plataformas se enlaza con el equipo gestor del proyecto, para identificar juntos las herramientas y recursos tecnológicos idóneos y factibles financieramente, que tengan mayor impacto en la visión país y acorde con la evolución tecnológica que requiere una ciudad inteligente.
 
La transición hacia la Ciudad Inteligente no se puede comprender sin la colaboración interinstitucional y con ayuda de los municipios identificar los problemas actuales de su ciudad y, a partir de allí, pensar integralmente en soluciones tecnológicas e intersectoriales que conducirán esta ruta de principio a fin.