Por: Ana Beatriz Murillo Barrantes, Departamento de Mercadeo
Las empresas que le apuestan a la innovación saben que el verdadero motor para crear comienza por quienes lo hacen posible, las personas. Abrir espacios para jóvenes en etapa de aprendizaje académico, potencia la eficiencia interna, creatividad, cultura de aprendizaje… y también contribuye de forma significativa al desarrollo económico y social de Costa Rica mediante la incubación de una nueva generación de profesionales en ciencias y tecnología, áreas fundamentales para la gestión de las empresas.
Particularmente en el área de la tecnología, se trata de un compromiso social que fortalece el ecosistema nacional de TI y que aporta a la visión de Costa Rica como un país competitivo en innovación y exportación de servicios digitales.
Innovación con propósito
Conscientes de este impacto y su beneficio, RACSA incorpora practicantes universitarios en proyectos de desarrollo de software reales, permitiendo que los equipos de trabajo se inspiren, transmitan conocimientos y estén en constante autoevaluación de sus propios procesos. Estos futuros profesionales, por su parte suman energía, nuevas perspectivas y un compromiso fresco que, se traduce en mejoras reales para los productos y sistemas internos de una empresa creyente en el impacto de las nuevas tecnologías.
Este tipo de programas fortalece la cultura empresarial posicionando a la empresa como espacio seguro que invierte en el desarrollo de nuevos talentos, lo que tiene efectos positivos en la retención de profesionales, en el clima organizacional y en la innovación competitiva, fomentando una cultura empresarial más abierta, orientada al aprendizaje continuo, y una relación estrecha con el sector educativo del país.
Impacto social: Costa Rica como incubadora de talento
Datos recientes respaldan la relevancia de fomentar espacios para que jóvenes se formen, practiquen y eventualmente se inserten al mercado tecnológico con confianza:
- De acuerdo con el Banco Central, en 2022, las exportaciones de servicios mediante plataformas TIC en Costa Rica ascendieron a USD 5.539 millones, lo que representó un 8% del PIB nacional, un crecimiento constante respecto a años anteriores.
- De ese total de exportaciones TIC, un 22,9% correspondieron a servicios de informática (incluido software), lo cual apunta a que el software no solo tiene un papel relevante, sino creciente.
- Se ha observado también un fuerte aumento en matrícula de carreras STEM: Conare reporta que unos 48.500 estudiantes universitarios estaban matriculados en carreras de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en 2023, versus un promedio de 38.600 hace nueve años, lo que representa un crecimiento de alrededor del 25%.
Estos indicadores sin duda muestran que:
- El sector TIC es un pilar estructural de la economía costarricense.
- Existe una alta demanda de talento, especialmente en software/informática.
- Las universidades certifican nuevos talentos, pero la transición de ser estudiante a profesional se ve facilitada cuando las empresas ofrecen espacios reales para poner en práctica sus conocimientos.
Se trata de una inversión social que repercute directamente en la empleabilidad, en la competitividad del país y en el fortalecimiento de la marca nacional como cuna de talento tecnológico.
Compromiso empresarial visible
Cuando las empresas acogen talento en etapa de formación, cumplen una función social, y fortalecen su marca como una organización comprometida con el desarrollo social del país.
Este compromiso se evidencia en:
- Políticas internas claras para mentoría, supervisión y evaluación de practicantes.
- Apertura de oportunidades para el desarrollo de profesionales en formación vinculada a carreras STEM.
- Inversión en infraestructura, acompañamiento y seguimiento, para garantizar que los profesionales en formación aprendan y aporten su conocimiento para desarrollar soluciones reales para las necesidades del país.
Abrir las puertas a nuevos talentos significa también abrir las puertas al futuro de la empresa, al de sectores relevantes de la economía y al del país.
Beberly Blanco, Máster en TIC para la Gestión Organizacional quien labora en el Área de Administración e Implementación de Sistemas del Departamento Gestión de Sistemas de TI de RACSA afirma que “este tipo de proyectos refleja la visión de la empresa en el aprovechamiento temprano del talento país para que los estudiantes puedan dar un paso más en su meta de convertirse en profesionales del área de tecnología, ya que estos programas además de establecer un compromiso social y empresarial tangible, generan valor a la organización con proyectos innovadores, modernos y adaptados a la realidad tecnológica, sin representar necesariamente costos adicionales”.
Para Luis Alejandro Solano Reyes, estudiante de la carrera de Ingeniería en Software de la Universidad Técnica Nacional “en RACSA, sus colaboradores son muy amigables y amables, siempre dispuestos a ayudar a quien lo necesite. Es un ambiente en el que constantemente se aprende algo nuevo, tanto a nivel técnico como personal. En mi experiencia, con el equipo que se me asignó, conocí una cultura laboral en la que no solo somos un producto: somos personas. Recomiendo a RACSA como una empresa en la que, desde el día uno, se te asignan retos, aprendizajes continuos y tendencia constante a la innovación tecnológica”.
Acción que deja huella
Abrir espacios a jóvenes promesas no es simplemente brindar oportunidades; es sembrar hacia un ecosistema más robusto, con talento bien formado, empresas con visión a largo plazo y una sociedad que cree en la ciencia, la tecnología y la innovación como motores de progreso.
Cada estudiante que encuentra una oportunidad en una empresa está escribiendo no solo su propia historia profesional, sino también la historia de un país que se proyecta como líder en el ámbito tecnológico.
Si su empresa aún no lo hace, lo invitamos a hacerlo mediante la adopción de un programa de práctica estructurado. Si ya lo hace, busque siempre dar un paso más: mentores dedicados, realimentación oportuna, proyectos relevantes. Ser parte de este camino refuerza el compromiso de nuestras empresas, eleva la confianza de nuevos profesionales y aporta a que Costa Rica crezca como un verdadero hub tecnológico y ejemplo a nivel mundial.